lunes, noviembre 07, 2005

Estados de ánimo

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué unos días son buenos, otros malos y otros terribles? Yo siempre había pensado que lo determinante era lo que pasaba exteriormente a uno, pero hoy me he dado cuenta de que la respuesta muchas veces está dentro de unos mismo.

Cuando entras en una espiral de estar enfadado, no importa el motivo de este inicio, vas contagiando este cabreo a todo tu entorno y creando un clima negativo que al final te acaba perjudicando. Puede que tengas razón en todos tus motivos para estar cabreado con las personas, pero esta bola negativa se vuelve contra ti.

Esta reflexión un tanto absurda la he sacado después de este fin de semana. También me he dado cuenta de que probablemente soy mucho más débil psicológicamente de lo que creía, y eso me ha servido como pequeña cura de humildad. Además, he descubierto que es cierto el refrán de "si no puedes mejorar el silencio no lo rompas" o algo así, pero tampoco hay que abusar de él. Es muy cómodo quedarte callado y no decir nada, o no buscar una discusión latente, pero en el fondo, yo no soy así, me gusta polemizar. Lo dicho, mis estados de ánimo son un misterio para mí mismo, lo que me desconcierta, nunca me dejarán de sorprender.

Por último quería destacar que en este mundo en el que tanto nos cuesta adivinar nuestra vocación reconforta ver cómo algunas personas lo tienen tan claro, lo digo por una amiga que ha decidido ser monja de clausura desde la más absoluta felicidad. Pues eso muchas felicidades, porque la decisión no es fácil.

PD: La foto es de la excursión a Las Presillas.